Joaquín Sabina.Amistad, mujeres y excesos de un trasnochador andaluz
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La amistad con Leiva: Guti, Pereza y Los Rodríguez
Cómo se conocieron, qué regalos se hacen y qué le ha pedido el de Úbeda al madrileño.
La amistad entre Joaquín Sabina y Leiva es de esas que desprenden una energía y complicidad enorme cada vez que se les ve juntos. Tres décadas separan a estos artistas que han sabido encontrar el combo perfecto a la hora de componer canciones, pero que aseguran que la música es un "mero trámite" en la unión de sus vidas.
Antes de que se conocieran, para Leiva, Sabina ya era parte de su familia. "Durante los últimos 10 o 15 años que viví en casa de mis padres, compartía litera con mi hermano. Al cerrar la puerta de nuestro cuarto, por dentro había colgado un póster arrancado de la calle, que era de su disco Esta boca es mía", explicó alguna vez Leiva.
"Y eso era lo último que veía antes de dormir y lo primero que veía al despertar. Cada día de mi vida, durante muchos años. Es muy representativo", añadió, explicando que en los viajes familiares a Asturias su hermano siempre ponía canciones del de Úbeda.
Fue el exfutbolista José María Gutiérrez, conocido como Guti, la pieza clave para que Leiva y Joaquín se conocieran. Todo se remonta a la época en la que Leiva estaba con su grupo Pereza, del que Guti era un gran admirador y con quien tanto Leiva centabló una gran amistad.
"En aquel momento Guti se dejaba caer mucho por las calles, y conoció a Joaquín y Joaquín se enamoró de él y él de Joaquín. En un momento dado nos veíamos mucho con Guti en esa época y me dijo "tengo una cena con Joaquín, ¿os apetece venir? Fui, estuvimos allí jugando al billar, escuchando canciones de Los Rodríguez, y ese día nos hicimos amigos hasta hoy".
"No debería morirme sin producirte un disco"
Aunque Sabina y Leiva defienden la amistad a cualquier relación laboral, el idilio musical entre ambos empezó con un mail que Leiva le escribió a Joaquín después de asistir a un concierto suyo: "No debería morirme sin producirte un disco", le decía Leiva en ese correo. Poco después, Sabina tuvo un problema con su discográfica: "En un momento en el que mi discográfica estaba muy caliente conmigo, diciéndome esas cosas que dicen 'Tenemos a los músicos de Bob Dylan esperando para grabar contigo, nos tenemos que ir a Los Ángeles...', me acordé de aquel mail. Y dije: "Vale, hago el disco... pero con Leiva". Y le llamé". epara producir su álbum "Lo niego todo".
Mujeres de su vida
Jimena Coronado, Paula Seminara,
La fotógrafa peruana Jimena Coronado es la pareja actual de Joaquín Sabina desde hace 1999. Se conocieron en 1994 cuando ella trabajaba para la revista "El comercio".
Paula Seminara tuvo un romance entre 1998 y 1999 con Joaquín Sabina. Ella nació en Buenos Aires el 1 de febrero de 1977 y hoy es contadora pública nacional y coach ontológica profesional. Activista por la inclusión y la participación de la mujer en el ámbito de la dirigencia del Club Atlético Boca Juniors, en 2009 se convirtió en la primera presidenta de la filial La Matanza. El recordado "Dieguitos y mafaldas",
es la madre de sus dos hijas, Rocío y
La amistad con Leiva: Guti, Pereza y Los Rodríguez
Cómo se conocieron, qué regalos se hacen y qué le ha pedido el de Úbeda al madrileño.
La amistad entre Joaquín Sabina y Leiva es de esas que desprenden una energía y complicidad enorme cada vez que se les ve juntos. Tres décadas separan a estos artistas que han sabido encontrar el combo perfecto a la hora de componer canciones, pero que aseguran que la música es un "mero trámite" en la unión de sus vidas.
Antes de que se conocieran, para Leiva, Sabina ya era parte de su familia. "Durante los últimos 10 o 15 años que viví en casa de mis padres, compartía litera con mi hermano. Al cerrar la puerta de nuestro cuarto, por dentro había colgado un póster arrancado de la calle, que era de su disco Esta boca es mía", explicó alguna vez Leiva.
"Y eso era lo último que veía antes de dormir y lo primero que veía al despertar. Cada día de mi vida, durante muchos años. Es muy representativo", añadió, explicando que en los viajes familiares a Asturias su hermano siempre ponía canciones del de Úbeda.
Fue el exfutbolista José María Gutiérrez, conocido como Guti, la pieza clave para que Leiva y Joaquín se conocieran. Todo se remonta a la época en la que Leiva estaba con su grupo Pereza, del que Guti era un gran admirador y con quien tanto Leiva centabló una gran amistad.
"En aquel momento Guti se dejaba caer mucho por las calles, y conoció a Joaquín y Joaquín se enamoró de él y él de Joaquín. En un momento dado nos veíamos mucho con Guti en esa época y me dijo "tengo una cena con Joaquín, ¿os apetece venir? Fui, estuvimos allí jugando al billar, escuchando canciones de Los Rodríguez, y ese día nos hicimos amigos hasta hoy".
"No debería morirme sin producirte un disco"
Aunque Sabina y Leiva defienden la amistad a cualquier relación laboral, el idilio musical entre ambos empezó con un mail que Leiva le escribió a Joaquín después de asistir a un concierto suyo: "No debería morirme sin producirte un disco", le decía Leiva en ese correo. Poco después, Sabina tuvo un problema con su discográfica: "En un momento en el que mi discográfica estaba muy caliente conmigo, diciéndome esas cosas que dicen 'Tenemos a los músicos de Bob Dylan esperando para grabar contigo, nos tenemos que ir a Los Ángeles...', me acordé de aquel mail. Y dije: "Vale, hago el disco... pero con Leiva". Y le llamé". epara producir su álbum "Lo niego todo".